Al sur de la ciudad de Monastir, ocupando el extremo de una pequeña península llamada cabo África, la ciudad de costera de Mahdia es una de las principales poblaciones de Túnez. Capital de la gobernación del mismo nombre, al-mahdīyah cuenta aún con un destacado puerto de pesca, y una potente industria de conservas. Su preciosa costa regada de playas preciosas, la animación de su medina, y su menor exposición al turismo convierten Mahdia en un lugar auténtico para descubrir. Destino emergente, el desembarco de hoteles y resorts, especializados en tratamientos de salud y talasoterapia, ha permitido a Mahdia posicionarse como un referente de las vacaciones en Túnez.
Los tesoros de Mahdia no solo están por encima del agua. Los fondos marinos esconden rincones fascinantes para bucear con buques hundidos de la Segunda Guerra Mundial, pero además ocultaron hasta 1907 un sorprendente patrimonio arqueológico. Los pescadores y buscadores de esponjas encontraron a principios del siglo XX los restos de un barco romano del 86 a. C. hundido. La carga estaba formada por materiales lujosos para la construcción de algún palacio. Columnas y capiteles de mármol, piezas de bronce del Pireo griego de gran calidad artística como los denominados «Agar», el «Eros citaredo», el «Hermes de Dionisio», la «Enana bailando» o «La carrera del Sátiro». Hundidos seguramente en un naufragio mientras se transportaban, supusieron uno de los hallazgos más relevantes de la arqueología submarina en Túnez. Las piezas están expuestas en el Museo del Bardo.
Historia de Mahdia
El enclave de Mahdia permitió a fenicios y romanos (ciudad de Aphrodisium) el comercio por todo el Mediterráneo, pero fue más adelante, en el siglo X (921), cuando los Fatimíes, -que vivirían un periodo de esplendor controlando una buena parte del Mediterráneo africano, incluyendo a Sicilia- fundaron una nueva ciudad durante el califato de Abdallah al-Mahdi (de donde proviene el nombre de Mahdia).
Las potencias marítimas de las repúblicas de Génova y Pisa atacaron las costas de Mahdia en 1087 para tratar de recuperar el control comercial de la zona La flota fue quemada y hundida en el puerto. A la dinastía fatimíe – que huyó a Egipto para fundar el Cairo- le sucedieron los Zirid hasta que los normandos que ya dominaban Sicilia, dieron el salto a Mahdia en 1148. Poco después, en 1160, la ciudad quedó bajo el dominio almohade.
Más tarde, ya en 1390 una expedición de cruzados franco genoveses también asedió Mahdia sin éxito, intentando minar la base de operaciones de corsarios berberiscos.
Un par de siglos después, Abdallah Muhámmad Pasha, figura turca que había ocupado esta parte de Túnez continuó fortaleciendo Mahdia con la construcción de Borj el Kebir en la posición más alta de la Medina, frente a la presión de las tropas españolas, que lograron el control en 1550, abandonándola tres años después ante la dificultad de costear la defensa estratégica. Gran parte de la ciudad fue demolida, y con la ocupación otomana su relevancia histórica quedó en segundo plano.
Durante la ocupación nazi de Túnez en la Segunda Guerra Mundial, el aristócrata tunecino Khaled Abdul-Wahab medió en Mahdia para proteger a judíos perseguidos, ocultándolos hasta la liberación de los aliados.
Qué ver en Mahdia – Turismo
La Medina y el antiguo recinto amurallado de la Mahdia fatimíe se encuentra en la península del cabo África, mientras que la ciudad nueva, donde se asentaron primero los artesanos y luego creció la urbe está en el barrio de Zouila. En Mahdia , además de otros productos típicos de Túnez, es muy característico las prendas confeccionadas por maestros locales de seda.
Museo Arqueológico de Mahdia
La visita al museo de la ciudad (en la Plaza 7 de noviembre fuera de la Medina permite recorrer su intensa historia, con objetos del periodo cartaginés y romano, mosaicos y estatuas del Djem, y varias salas con temática etnográfica, con instrumentos musicales, cerámica, telas y otros elementos.
Museo Dar al Himma – Museo de la seda
Al lado del museo arqueológico está el museo dedicado al mundo de la fabricación de prendas de seda. En la exposición del Museo se exhiben telares, ropa, telas y cintas de seda, explicando el origen de la tradición, introducida por judíos de Libia.
La Puerta Negra
Skifa el Kahla, literalmente la puerta negra -también conocida como Bab Zouila- es el acceso a la Medina de Mahdia . Fue obra de los fatimíes, integrada en la impresionante muralla defensiva, si bien durante le pequeña ocupación de los españoles, fue derruida, y reconstruida en 1554 con las piedras de las murallas. Su pasillo de 44 metros de largo transporta al viajero cuando inicia la visita a la medina de Mahdia.
Es posible subir a lo alto de la puerta negra para disfrutar de las vistas de la ciudad vieja. El viernes es el mercado semanal que es de visita imprescindible para ver su maravilloso ambiente, en el que apreciar los exquisitos trabajos de seda y bordado de hilos de oro, que convierten a las prendas tradicionales de Mahdia en las mejores confecciones de Túnez.
La puerta conduce a a Rue Obeid Allah al-Mahdi, donde hay un pequeño zoco cubierto. En el lado opuesto de la calle está la entrada a Dar el Himma, una antigua mezquita que alberga un pequeño Museo de la Seda.
La Gran Mezquita
Construida en el año 921 por el fundador de Mahdia, Obeid Allah al-Mahdi, esta fue la primera mezquita fatimí reproduciendo el modelo de la mezquita Sidi Oqba de Kairouan. Originalmente, la Gran Mezquita apoyaba dos lados con las murallas de la ciudad, pero cuando los españoles destruyeron las fortificaciones, la mezquita también sufrió daños severos. Solo su cara frontal norte sobrevivió y en 1960 el mal estado del edificio que ocupaba el espacio de la antigua mezquita hizo que se derribara. Posteriormente se llevó a cabo un cuidadoso plan de reconstrucción, levantando de nuevo la Gran Mezquita siguiendo los planes arquitectónicos originales. La mezquita se ingresa a través de una puerta monumental, que originalmente fue utilizada solo por el califa. El patio interior está decorado con arcos de herradura y conduce a una sala de oración de nueve naves con el mismo patrón que la de Kairouan.
Bordj el Kebir
Este borj (fortificación), fue construida a finales del siglo XVI en el lugar del antiguo palacio Fatimíe -del que no se conserva casi nada- y se considera uno de los mejores ejemplares de la arquitectura militar otomana.
Construido sobre un planta cuadrangular y más tarde dotado de bastiones en las esquinas, esta protegido por sólidos muros con una sola entrada (después de que se convirtió en una prisión, se añadió otro acceso en el siglo XIX). Las vistas de las terrazas de los bastiones son uno de los mejores miradores para ver la costa de Mahdia , el Cap Afrique.
Puerto de Mahdia
El paseo entre Bordj el Kebir y el faro (Phare) -en la punta de la península- lleva a la zona del puerto antiguo, con el cementerio y algunas ruinas dispersas . Cerca del faro (edificado en 1890) se encuentran varias tumbas chiítas del siglo X y restos de algunas cisternas. El lado sur de la península era el sitio del antiguo puerto (Port Fatimide), que probablemente fue utilizado ya en la época púnica y tiene un kothon (puerto interior protegido) muy similar al de Cartago. Durante el apogeo de Mahdia en el período fatimí, dos torres de vigilancia (incorporadas a las murallas de la ciudad y posteriormente unidas por un arco) protegían el estrecho canal de entrada.
Bab Bhar
En la punta de la lengua de tierra, cerca del faro, se encuentran los restos de Bab Bhar (la fortificación de la dinastía Fatimíes)
Ruinas romanas de Ras Bou Tria
Una excursión interesante desde Mahdia es la de las ruinas romanas de la antigua ciudad de Acholla, a unos 50 km al sur de Mahdia , a unos 8 km de Mellouleche. Las excavaciones han sacado a la luz termas, restos de un anfiteatro y varias viviendas romanas.
Más cerca de Mahdia, a solo 14 kilómetros de distancia y más allá de la pequeña ciudad de Ksour Essaf, se encuentran las ruinas de Salakta (antigua Sullectum). Este fue probablemente el puerto donde llegaban las fieras empleadas en los juegos del anfiteatro del Djem, que merece la pena visitar.
Hoteles y alojamiento en Mahdia
Como llegar a Mahdia
Además de los autobuses regulares y de los louges compartidos, es posible llegar a Mahdia a través de la línea de ferrocarril Métro du Sahel, de la SNCFT, que va por la costa conectando Mahdia con Monastir y Susa. Los aeropuertos más cercanos son el de Monastir y el de Enfidha-Hammamet.