Monastir, situado en la Costa Tunecina, al sur de Soussa, es uno de los destinos vacacionales más visitados por los viajeros. Y no es de extrañar debido a su gran relevancia tanto histórica cómo cultural.
En Monastir además de largas playas de arena fina y aguas transparentes, encontremos un pedacito de historia que nos atrapará gracias a sus edictos y monumentos.
Playas, fortalezas y monumentos.
Uno de los lugares más famosos es la fortaleza de El Ribat, y también la imagen que lo representa según nos acercamos a la ciudad. Esta fortificación está muy bien conservada gracias a los esfuerzos por restaurarla. En su interior, que podemos visitar sin problemas, encontraremos una pequeña ciudad rodeada por una gran muralla con sus torres y bastiones que la hacías impenetrable a los enemigos.
Más de 4000 metros cuadrados componen éste importante enclave que se comenzó a construir en el año 796. Durante el paso de los Siglos, los diferentes mandatarios han ido remodelado a su gusto la Fortificación, llegando a ampliarla y reforzarla en numerosas ocasiones, por ello el buen estado de conservación.
En el interior también encontramos lugares dedicados a la oración de los musulmanes, así cómo el Museo de las Artes islámicas, dónde veremos estelas grabadas, manuscritos y hasta un astrolabio del año 927.
Mausoleo de Habib Bourguiba
Muy cerca de El Ribat se encuentra un edificio impresionante, El Mausoleo de Habib Bourguiba. En su interior encontramos la Tumba del primer presidente de Tunez, por el que lleva su nombre. El Mausoleo es relativamente moderno, ya que el presidente tunecino murió en el año 2000.
Su aspecto hace recordar al de una Mezquita debido a la Gran Cúpula dorada que preside el Mausoleo.
Llama mucho la atención sus dos minaretes que dominan la imagen, elevándose hasta 20 metros y escoltando la gran edificación.
Llama la atención el silencio de éste lugar, y el resplandor que emite gracias al reflejo del sol en el mármol que preside en toda la construcción. Todos sus materiales son muy nobles, cómo el mármol de Carrara.
Una vez dentro del Mausoleo podremos ver la Tumba de Habib Bourguiba, y en el exterior nos llama la atención el cementerio de la ciudad.
Una vez en la Medina, nos encontramos de lleno con numerosas tiendas y «supermercados» de recuerdos. En éstos curiosos establecimientos podremos comprar souvenirs con el precio fijado, pero si eres de los que te gusta el regateo te recomendamos perderte entre sus calles para ejercerlo con los locales.
Encontramos talleres de cincelar cobre, talleres de alfombras, perfumes, gastronomía… un espectáculo sensorial dónde los cinco sentidos deben estar a flor de piel.
Monastir acoge al turista y les ofrece todo tipo de servicios para su comodidad y diversión. En sus playas de Skanés y Dkhila, podrán practicar submarinismo, vela, windsurf …. y si quieren relajarse pueden practicar golf en alguno de sus dos Campos de Golf.